¡Hola, apasionados por viajar sin límites! Como vuestro experto en aventuras y viajes inteligentes, hoy desvelaremos los tesoros de Georgia, un país que redefine el turismo sostenible y de bajo costo.
En una era donde buscamos experiencias auténticas y memorables por encima del lujo, descubrirán cómo Georgia, con su fascinante mezcla de historia milenaria, paisajes impresionantes y una cultura vibrante, ofrece una gran cantidad de actividades totalmente gratuitas.
Esta es la guía definitiva para sumergirse en lo profundo de sus tradiciones, explorar sus maravillas naturales y conectar con su gente, todo ello sin sacrificar tu presupuesto.
Prepárense para cambiar la forma en que ven los viajes, adoptando un enfoque más consciente y gratificante. ¡El futuro de vuestras aventuras económicas comienza aquí!
¡Amigos viajeros! ¿Quién dijo que para disfrutar de una aventura inolvidable hay que vaciar la cartera? Si hay algo que he aprendido en mis años recorriendo el mundo, es que las mejores experiencias suelen ser las que no cuestan nada.
Y Georgia, ¡ay, Georgia!, es el ejemplo perfecto de esto. Este país caucásico, con su mezcla vibrante de historia, naturaleza salvaje y una hospitalidad que te llega al alma, está repleto de tesoros que puedes explorar completamente gratis.
Prepárense porque, si pensaban que viajar a Georgia era solo para presupuestos holgados, les tengo una sorpresa: aquí la riqueza está en cada esquina y no pide un solo céntimo.
Vamos a descubrir cómo exprimir al máximo este destino sin gastar de más y transformar vuestro viaje en una experiencia inolvidable.
Paseos que cuentan mil historias: Descubriendo el alma de Georgia a pie

¡Ay, Georgia! Si hay algo que realmente me atrapó de este país, fue la forma en que cada piedra, cada callejuela adoquinada, cada balcón viejo, tiene una historia que contarte.
Y lo mejor de todo, ¡no cuesta ni un euro escucharla! Desde que puse un pie en Tiflis, la capital, sentí esa magia. Caminar por el Casco Antiguo es como viajar en el tiempo.
Recuerdo la primera vez que me perdí (y digo “perderse” en el buen sentido, ese que te lleva a descubrir rincones inesperados) por las calles serpenteantes, entre casas de colores pastel y balcones tallados que parecen sacados de un cuento.
Me encanta esa sensación de ir sin rumbo, de dejarme llevar por la curiosidad y de repente, ¡zas!, encontrarme con una iglesia antiquísima o una cascada escondida.
Es una experiencia tan vívida y personal, muy diferente a los tours guiados que a veces te hacen sentir como un turista más. La autenticidad se palpa en el ambiente, en los olores de la comida local que se cuelan por las ventanas, en las voces de la gente que se mezclan con el murmullo de la ciudad.
Y ni hablar de Mtskheta, esa joya Patrimonio de la Humanidad, donde la historia del cristianismo georgiano cobra vida. Es una verdadera maravilla poder recorrer estos lugares históricos, sentir su energía milenaria, y todo por el simple placer de caminar.
Es mi consejo de oro: ponte unas buenas zapatillas y déjate llevar, porque Georgia te espera con los brazos abiertos y un montón de historias gratis.
Tiflis, un laberinto de maravillas sin coste
Si algo me ha enseñado Tiflis es que la verdadera belleza está en los detalles y en la capacidad de sorpresa. Desde el bullicio de la Avenida Rustaveli hasta la quietud del Parque Rike, cada paso es un descubrimiento.
Adoro pasear por el Puente de la Paz, que de noche se ilumina de una forma espectacular, y luego subir, si las piernas me lo permiten, hasta la Fortaleza de Narikala.
Las vistas desde allí, especialmente al atardecer, son de esas que te grabas en la retina para siempre. Y no, no hay que pagar nada por ese espectáculo.
El simple hecho de observar la ciudad desde las alturas, con el río Mtkvari serpenteando por el medio y las iglesias brillando bajo el sol, es un regalo invaluable.
Es mi rutina favorita cada vez que vuelvo: coger un café, sentarme en algún banco y simplemente observar la vida pasar. Es una forma de conectar con el ritmo de la ciudad, de sentirme parte de ella, y sin duda, una de las experiencias más auténticas y gratis que Georgia ofrece.
Mtskheta: Donde la historia susurra en cada esquina
Fuera de la capital, a un corto viaje, Mtskheta me robó el corazón con su aire sagrado. Visitar la Catedral de Svetitskhoveli, que es impresionante por dentro y por fuera, y el Monasterio de Jvari, encaramado en una colina con vistas panorámicas espectaculares, es una lección de historia y espiritualidad.
Recuerdo la primera vez que subí a Jvari; el viento soplaba fuerte y el paisaje era tan inmenso que me sentí minúscula ante tanta grandeza. La entrada a estos sitios es totalmente gratuita, lo cual es increíble considerando su valor histórico y cultural.
Es la oportunidad perfecta para sumergirse en las raíces profundas de Georgia, entender su fe y apreciar su arquitectura milenaria. Cada vez que voy, siento una paz inmensa y una conexión especial con el pasado.
Para mí, estos lugares no son solo estructuras antiguas, sino testigos silenciosos de la historia que siguen vivos y respirando.
La naturaleza te llama: Cumbres, cascadas y paisajes que quitan el aliento sin coste
Confieso que soy un alma aventurera, y la naturaleza de Georgia me ha regalado algunas de las experiencias más impresionantes de mi vida, ¡y todas gratis!
No hay nada como sentir el aire fresco de la montaña en la cara, escuchar el rugido de una cascada o contemplar un valle verde que se extiende hasta donde alcanza la vista.
Recuerdo una caminata en el Parque Nacional Borjomi Kharagauli, aunque solo hice una pequeña parte del sendero, fue suficiente para sentirme renovada y conectada con la tierra.
La inmensidad de los bosques, el sonido de los pájaros y la tranquilidad te envuelven de una manera única. Y ni hablemos de las cascadas, como las que puedes encontrar cerca de Tiflis, por ejemplo, en el Jardín Botánico Nacional (aunque la entrada al jardín tiene un coste, hay cascadas y senderos cercanos que son accesibles sin pagar).
La potencia del agua cayendo es un espectáculo que te hace sentir insignificante y poderoso a la vez. Es en estos momentos de conexión con la naturaleza salvaje donde verdaderamente me siento viva, y saber que estas maravillas están al alcance de todos, sin barreras económicas, es algo que siempre me sorprende y me enamora de Georgia.
Es la prueba de que las cosas más valiosas de la vida no tienen precio.
Senderismo en el corazón de las montañas del Cáucaso
Las montañas del Cáucaso son la columna vertebral de Georgia y ofrecen oportunidades ilimitadas para los amantes del senderismo. No necesitas ser un experto montañista para disfrutar de ellas.
Hay rutas para todos los niveles, desde paseos suaves hasta ascensos desafiantes. Yo he probado algunas de las rutas más accesibles, y cada vez me quedo asombrada por la belleza virgen y la diversidad de los paisajes.
Caminar por estos senderos es como meditar; el ritmo constante, la concentración en el camino y las vistas espectaculares te hacen olvidar cualquier preocupación.
Además, el aire puro de la montaña es un bálsamo para el cuerpo y el alma. Prepárate para ver pequeñas aldeas encaramadas en laderas imposibles, campos de flores silvestres y quizás, si tienes suerte, algún animal salvaje.
Es la perfecta escapada para desconectar y recargar energías, y lo mejor es que solo necesitas tus ganas de caminar.
Cascadas y cañones ocultos: Joyas naturales al descubierto
Más allá de las cumbres, Georgia esconde cañones impresionantes y cascadas que son verdaderas obras de arte de la naturaleza. Aunque algunos de los cañones más famosos, como el de Martvili o Okatse, tienen entrada, hay muchos otros rincones donde puedes disfrutar de la belleza del agua y la roca sin gastar un céntimo.
Explorar estas zonas es como buscar tesoros; a veces tienes que caminar un poco más o desviarte del camino principal, pero la recompensa siempre vale la pena.
El sonido del agua, la vegetación exuberante y el microclima fresco que se forma alrededor de las cascadas son una delicia para los sentidos. Es una experiencia de inmersión total en la naturaleza, una oportunidad para sentirte pequeño y a la vez parte de algo mucho más grande.
Sumérgete en la cultura viva: Tradiciones y encuentros que enriquecen el alma
Si hay algo que me fascina de Georgia, es su cultura vibrante y la facilidad con la que puedes sumergirte en ella sin gastar nada. No se trata solo de visitar museos, que a veces tienen coste, sino de vivir el día a día, de observar a la gente, de participar en sus rituales cotidianos.
Recuerdo haber pasado horas en los mercados locales de Tiflis, no comprando necesariamente, sino simplemente observando. Los colores de las especias, el bullicio de la gente regateando, los puestos de frutas y verduras frescas que desprenden un aroma embriagador.
Es un festival para los sentidos y una ventana a la vida georgiana más auténtica. La hospitalidad es legendaria, y a menudo me he encontrado con invitaciones espontáneas a probar un trozo de pan o una copa de vino casero.
Son esos pequeños gestos, esos encuentros inesperados, los que hacen que un viaje sea verdaderamente inolvidable. La música folclórica que a veces se escucha en las plazas, las danzas tradicionales que se practican en parques durante los fines de semana, todo ello es parte de un tapiz cultural rico y accesible para cualquiera que esté dispuesto a abrir los ojos y el corazón.
El encanto de los mercados locales
Mis visitas a los mercados georgianos son siempre un punto álgido de mis viajes. No solo son lugares para comprar, sino también centros sociales donde la vida local pulsa con fuerza.
El Bazar Deserter en Tiflis es un ejemplo perfecto. Es un caos organizado de olores, sonidos y colores. Desde los quesos caseros hasta el pan recién horneado, pasando por las hierbas aromáticas y los dulces tradicionales, todo está al alcance de la vista (y a veces, si tienes suerte y el vendedor es amable, también del paladar, ¡gratis!).
Me encanta simplemente pasear, observar las interacciones entre vendedores y compradores, y empaparme de la atmósfera. Es una forma increíble de entender la gastronomía local y las costumbres diarias sin necesidad de gastar un céntimo en una degustación formal.
Celebraciones y festivales populares
Georgia es un país que ama celebrar, y si tienes la suerte de coincidir con alguno de sus numerosos festivales, ¡estarás de enhorabuena! Muchas de estas celebraciones populares, ya sean religiosas, de la cosecha o simplemente cívicas, son de acceso gratuito y te permiten ver de cerca las tradiciones, la música y la danza georgiana en su máxima expresión.
El Tbilisoba, por ejemplo, es el festival anual de la cosecha y la ciudad de Tiflis se transforma en una fiesta gigante con puestos de comida, vino, música y bailes tradicionales por todas partes.
No hay entrada, solo tienes que unirte a la celebración. Es una experiencia inmersiva que te permite sentir la alegría y el espíritu comunitario de los georgianos de primera mano.
Es como si todo el país te diera la bienvenida a su gran salón.
El arte está en las calles: Un museo al aire libre que no pide entrada
Si eres un amante del arte, pero tu presupuesto es ajustado, Georgia te va a sorprender. Aquí, el arte no se encierra en galerías con entradas caras; gran parte de él vive y respira en las calles.
Desde los murales que adornan los edificios en barrios como Fabrika en Tiflis, hasta las esculturas urbanas que aparecen en los parques y plazas más inesperadas.
Me he pasado horas simplemente caminando por la ciudad, descubriendo grafitis que son verdaderas obras de arte, o admirando las fachadas de edificios con una arquitectura tan particular que parece que cada uno tiene su propia personalidad.
Es una experiencia visual constante, un banquete para los ojos que no te cuesta absolutamente nada. Además, a menudo te encuentras con músicos callejeros o artistas emergentes que ofrecen su talento a los transeúntes, creando una atmósfera vibrante y culturalmente rica.
Es como tener un museo infinito a tu disposición, abierto 24/7, que cambia y evoluciona con el tiempo. El arte accesible es una de las cosas que más valoro en un destino.
Murales urbanos y galerías a cielo abierto
Tiflis, en particular, se está convirtiendo en un lienzo para muchos artistas urbanos. Barrios como Fabrika, que solía ser una fábrica soviética y ahora es un centro cultural, están llenos de murales impresionantes y arte callejero que transforman el espacio.
Cada vez que voy, encuentro algo nuevo. No es solo un dibujo en una pared, es una declaración, una historia contada con colores y formas. Pasear por estas zonas es como estar en una galería de arte contemporáneo al aire libre.
La energía creativa es palpable, y te invita a reflexionar y a disfrutar de la expresión artística en un contexto diferente. Es fascinante ver cómo el arte se integra en el paisaje urbano y se vuelve parte de la vida cotidiana de la gente.
Esculturas y monumentos con historia
Además de los murales, las ciudades georgianas están salpicadas de esculturas y monumentos que cuentan la rica historia del país o rinden homenaje a sus figuras más importantes.
Desde la Madre de Georgia (Kartlis Deda) que domina Tiflis, hasta otras piezas menos conocidas pero igualmente interesantes que encuentras en parques o plazas.
Cada una de estas obras tiene una historia detrás, y tomarte un momento para contemplarlas y aprender sobre ellas es una forma enriquecedora de conectar con la cultura georgiana.
Es una especie de lección de historia y arte gratuita que te encuentras a cada paso, invitándote a explorar más allá de lo evidente.
Momentos de pausa: Respira profundo en los oasis verdes de las ciudades

Después de tanto caminar y explorar, a veces lo único que mi cuerpo y mi mente piden es un momento de calma. Y Georgia, incluso en sus ciudades más bulliciosas, ofrece esos oasis verdes perfectos para desconectar, sin gastar un solo céntimo.
Los parques son mis refugios favoritos. En Tiflis, por ejemplo, el Parque Rike, con sus esculturas modernas y sus áreas para relajarse, es ideal para una tarde tranquila.
Me encanta sentarme en un banco, observar a la gente, leer un libro o simplemente dejar que mis pensamientos fluyan. Es una forma sencilla pero efectiva de recargar energías y de ver otro lado de la vida urbana, más relajado y pausado.
Además, muchos de estos parques tienen áreas de juego donde los niños pueden correr libremente, creando un ambiente familiar y alegre. Son espacios públicos diseñados para el disfrute de todos, y eso es algo que valoro muchísimo.
La posibilidad de encontrar un rincón de paz en medio de la ciudad es un verdadero tesoro para cualquier viajero.
Parques urbanos para el descanso y la observación
Los parques urbanos de Georgia son mucho más que simples espacios verdes. Son lugares de encuentro, de ocio y de tranquilidad. El Parque Vake en Tiflis, por ejemplo, es enorme y perfecto para un paseo largo.
Me gusta observar a las familias paseando, a los jóvenes haciendo deporte y a los ancianos jugando al ajedrez. Cada visita es una ventana a la vida cotidiana de los georgianos.
También, el Parque de la Novena de Abril es otro lugar encantador, ideal para escapar del ajetreo y el bullicio de las calles. Son esos pequeños momentos de pausa, sentada en un banco bajo la sombra de un árbol, los que realmente me permiten asimilar todo lo que estoy viviendo y disfrutando en el viaje.
Jardines botánicos (con acceso gratuito a ciertas zonas)
Aunque algunos jardines botánicos tienen una entrada, muchas veces puedes acceder a ciertas zonas o a los alrededores de forma gratuita, o simplemente disfrutar de los paisajes que los rodean.
El Jardín Botánico Nacional de Georgia, que está cerca del Casco Antiguo de Tiflis, tiene senderos cercanos con cascadas que, aunque no dentro del recinto principal, son accesibles sin coste y te permiten disfrutar de la naturaleza exuberante.
Es una forma de acercarse a la diversidad floral del país sin que el bolsillo se resienta. Siempre busco esos pequeños trucos para estirar el presupuesto sin sacrificar las experiencias.
Sabores y aromas locales: Un viaje culinario que empieza en el mercado
Como buena amante de la gastronomía, sé que probar la comida local es una parte esencial de cualquier viaje. Y aunque no todas las delicias georgianas son gratuitas, hay una forma de sumergirse en su mundo culinario sin gastar mucho, o incluso nada: visitando los mercados.
Ya lo mencioné, pero quiero recalcarlo porque para mí es una experiencia en sí misma. Recuerdo haber pasado horas en el Mercado de Dezerter, donde los aromas de las especias, los panes recién horneados y los quesos caseros se mezclaban en un torbellino olfativo.
No solo se trata de comprar; es una oportunidad para conversar con los vendedores, aprender sobre los ingredientes locales y, a veces, incluso recibir alguna pequeña muestra gratis.
Es en estos lugares donde realmente entiendes la base de la cocina georgiana, la frescura de sus productos y la pasión con la que la gente vive su comida.
La posibilidad de interactuar con la gente local, de preguntarles por sus platos favoritos o cómo utilizan ciertos ingredientes, añade un valor incalculable a la experiencia, y todo por el precio de una buena conversación.
Es mi truco para empezar a saborear un destino antes incluso de sentarme en un restaurante.
Explorando los mercados de alimentos
Para mí, un viaje a Georgia no está completo sin una visita profunda a sus mercados de alimentos. Son una explosión de vida y color. El Mercado de Dezerter en Tiflis es un clásico, pero también hay mercados más pequeños en otras ciudades y pueblos que ofrecen una visión más íntima de la vida rural.
Me encanta ver cómo los agricultores locales venden sus productos, las frutas y verduras de temporada, los frutos secos, el queso sulguni… Y es que no solo observo, sino que muchas veces acabo conversando con los comerciantes.
Suelen ser gente muy amable y orgullosa de sus productos. Es una manera genial de empaparse de la cultura gastronómica sin necesidad de abrir la cartera, al menos no por una comida completa.
Degustaciones inesperadas y consejos culinarios
Una de las cosas más encantadoras de los mercados georgianos son las degustaciones inesperadas. A veces, un vendedor amable te ofrecerá un trozo de queso, un poco de fruta o un dulce casero para que lo pruebes.
Es un gesto de hospitalidad que va más allá de la simple venta. Estas pequeñas muestras gratuitas no solo te permiten probar nuevos sabores, sino que también son una oportunidad para charlar con los lugareños y obtener consejos sobre dónde comer o qué platos tradicionales no te puedes perder.
Recuerdo a una señora que, después de darme a probar su miel, me explicó con detalle cómo la usaba en la cocina. Son estos pequeños momentos los que hacen que el viaje sea tan especial y auténtico.
Encuentros auténticos: La hospitalidad georgiana como el mayor regalo
Si hay algo que me ha marcado profundamente en mis viajes por Georgia, es la increíble hospitalidad de su gente. No es una leyenda urbana; es una realidad que se vive a diario.
Y la buena noticia es que esta hospitalidad es completamente gratuita y te enriquecerá de maneras que el dinero no puede comprar. Desde el momento en que llegas, sientes una calidez especial.
He sido invitada a tomar un té en casas de desconocidos, a compartir un trozo de pan casero o a simplemente charlar sobre la vida. Son estos encuentros espontáneos, estas conexiones humanas genuinas, las que transforman un simple viaje en una experiencia vital.
No se trata de grandes gestos, sino de la autenticidad en la mirada, en la sonrisa, en la disposición a compartir. Es una lección de vida que siempre me llevo conmigo.
La riqueza de Georgia no está solo en sus paisajes o su historia, sino en el corazón de su gente. Prepárense para ser recibidos con los brazos abiertos, porque la hospitalidad georgiana es, sin duda, el mayor de sus tesoros gratuitos.
La calidez de los lugareños
La gente de Georgia tiene un don especial para hacerte sentir como en casa, incluso si estás a miles de kilómetros de la tuya. Recuerdo una vez que me perdí buscando una dirección en un pueblo pequeño; al momento, un señor se acercó, y aunque no hablábamos el mismo idioma, me llevó de la mano hasta mi destino.
No pidió nada a cambio, solo una sonrisa. Estos pequeños actos de amabilidad son constantes y hacen que cada día sea una aventura de conexiones humanas.
Es un contraste con otras culturas donde la interacción es más reservada, y sinceramente, es algo que echo de menos cuando no estoy allí.
Participación en la vida comunitaria local
A veces, si eres un poco curioso y te abres a la experiencia, puedes tener la suerte de presenciar o incluso participar en alguna actividad comunitaria local.
Desde ver a los vecinos trabajando juntos en la cosecha, hasta compartir una mesa en una celebración de barrio. Obviamente, esto requiere un poco de suerte y de estar en el lugar adecuado en el momento justo, pero la gente suele ser muy acogedora.
Recuerdo haber ayudado en una vendimia improvisada en una pequeña finca; fue una experiencia agotadora pero increíblemente gratificante y divertida, y por supuesto, gratuita.
Es una forma de ver Georgia desde dentro, más allá de los circuitos turísticos.
| Actividad Gratis Increíble | Mi impresión personal | Consejo de viajero experto |
|---|---|---|
| Explorar el Casco Antiguo de Tiflis | Cada callejuela es una cápsula del tiempo y una sorpresa. | Lleva calzado cómodo y déjate perder sin miedo. |
| Senderismo en el Parque Nacional Borjomi Kharagauli (rutas accesibles) | Vistas espectaculares que te conectan con la naturaleza. | Empaca tu comida y bebida para un picnic inolvidable. |
| Visitar la Catedral de Svetitskhoveli y Monasterio de Jvari en Mtskheta | Majestuosidad histórica y espiritual que te sobrecoge. | Respeta el código de vestimenta (hombros y rodillas cubiertos). |
| Pasear por los mercados locales (ej. Bazar Dezerter) | Una fiesta para los sentidos, pura vida georgiana. | No dudes en charlar con los vendedores, ¡son muy amables! |
| Disfrutar del arte callejero y murales en Tiflis | Un museo al aire libre que cambia constantemente. | Explora barrios como Fabrika para las mejores obras. |
Para cerrar con broche de oro
Espero de corazón que este recorrido por las maravillas gratuitas de Georgia les haya inspirado tanto como a mí me inspira cada vez que vuelvo. Este país no solo ofrece paisajes de postal e historia milenaria, sino que te regala experiencias que tocan el alma sin necesidad de gastar un solo Lari. La verdadera riqueza de viajar reside en la capacidad de conectar, de sentir y de sorprenderse con lo inesperado, y Georgia es un maestro en eso. Así que, pónganse sus zapatillas más cómodas, abran su corazón y déjense llevar por la magia de este rincón del Cáucaso, porque los recuerdos que se llevarán no tendrán precio y se quedarán grabados para siempre.
Información útil que te conviene saber
1. Para maximizar tus experiencias gratuitas, considera viajar en primavera (abril-mayo) u otoño (septiembre-octubre). El clima es ideal para caminar y hay muchos festivales culturales al aire libre a los que puedes asistir sin coste. ¡El Tbilisoba en otoño es una locura de alegría!
2. Descarga mapas offline de Tiflis y otras ciudades en tu móvil. Caminar es la mejor manera de descubrir rincones, y no querrás perderte ni gastar datos. Aplicaciones como Google Maps o Maps.me funcionan de maravilla y te salvan de apuros.
3. Aunque el georgiano es el idioma oficial, en las zonas turísticas y entre la gente joven, el inglés es bastante común. Sin embargo, aprender algunas frases básicas en georgiano como “Gamarjoba” (hola) o “Madloba” (gracias) abrirá muchas puertas y te ganarás sonrisas.
4. No subestimes la importancia de un buen calzado. Vas a caminar mucho, por calles adoquinadas, senderos montañosos y quizás algún camino menos asfaltado. Unas zapatillas cómodas y resistentes son tus mejores aliadas para explorar sin límites.
5. Estate abierto a la interacción. Los georgianos son increíblemente amables y hospitalarios. Una sonrisa, un “gamarjoba” y una actitud abierta pueden llevarte a vivir experiencias auténticas e inesperadas, desde una invitación a un café hasta una conversación profunda con un local.
Lo esencial en pocas palabras
Georgia te ofrece un abanico inmenso de experiencias inolvidables que no requieren abrir la cartera. Desde pasear por ciudades llenas de historia y arte callejero, hasta sumergirte en la majestuosidad de sus paisajes naturales y vibrantes mercados, todo es accesible. La clave está en caminar, observar, interactuar con su gente maravillosa y dejarse llevar por la autenticidad que impregna cada rincón. Viajar sin gastar es posible, y en Georgia, es una aventura que te regalará más que dinero: te regalará el alma del país y conexiones humanas genuinas.
Preguntas Frecuentes (FAQ) 📖
P: uente de la Paz y el Parque
R: ike, con sus esculturas modernas, es perfecto para relajaros. Y si os gusta el arte, la Galería de Arte de Tiflis ofrece entrada gratuita. Fuera de Tiflis, la naturaleza es el gran regalo.
Recorrer los senderos del Cáucaso, como la famosa ruta a la Iglesia de la Trinidad de Gergeti en Kazbegi, es una maravilla. El aire puro, esos paisajes de montaña…
¡es terapia para el alma y no cuesta un céntimo! Aunque la entrada a algunos museos principales como el Museo Nacional de Georgia puede tener costo, siempre hay pequeños tesoros culturales y religiosos, como iglesias y monasterios históricos, donde la entrada es gratuita y la inmersión cultural es profunda.
Siempre me sorprende la generosidad de este país. Q2: Sé que la comida georgiana es deliciosa, pero, ¿cómo puedo disfrutarla sin que el presupuesto se me dispare?
¿Y el transporte? A2: ¡Ah, la gastronomía georgiana, mi debilidad! Mira, aquí el secreto está en comer como un local.
Olvídate de los restaurantes turísticos caros y adéntrate en los mercados locales. El Bazar Meidan en Tiflis es ideal para eso. Allí encontrarás los famosos Khachapuri (pan de queso) y Khinkali (dumplings) a precios ridículos.
He comido banquetes por menos de 10 euros, ¡te lo juro! Incluso me aventuré a probar un plato contundente con pescado por unos 17 laris (aproximadamente 6 euros), y aunque llegó frío, ¡estaba para chuparse los dedos!
Además, en los supermercados, los productos locales son súper económicos. Te recomiendo comprar frutas frescas, quesos y ese pan georgiano tan rico para hacer tus propios picnics, especialmente si vas de trekking.
En cuanto al transporte, ¡las marshrutkas (minibuses compartidos) son vuestras mejores amigas! Son el alma del transporte público en Georgia, súper baratas y te llevan a casi cualquier rincón del país.
Un billete de ida en transporte público en Tiflis cuesta alrededor de 0,99 GEL (unos 0,32 euros), ¡es una ganga! Para moverte por las ciudades grandes como Tiflis, la opción más cómoda y económica que he encontrado es Bolt (similar a Uber), es mucho más barato que un taxi tradicional.
Si os animáis, el metro en Tiflis también es una excelente opción. Recuerdo una vez que tomé una marshrutka a Kutaisi, el viaje fue largo, ¡pero la experiencia local no tiene precio!
Q3: Georgia es un país del Cáucaso, ¿es seguro viajar por libre y con un presupuesto ajustado, especialmente si voy sola? A3: ¡Absolutamente! Esta es una de las preguntas que más me hacen, y mi respuesta siempre es un rotundo SÍ.
Georgia es, en mi experiencia, uno de los países más seguros en los que he estado. De hecho, algunos índices de criminalidad lo sitúan incluso por debajo de muchos países nórdicos o de España.
Las ciudades principales como Tiflis y Batumi tienen estándares de seguridad similares a los de cualquier gran ciudad europea. Solo hay que aplicar el sentido común: estar atento en zonas concurridas y evitar aventurarse por barrios periféricos de noche, algo que harías en cualquier parte del mundo, ¿verdad?
Yo misma he viajado sola por Georgia en varias ocasiones y siempre me he sentido muy bien recibida por su gente, que es increíblemente hospitalaria. Eso sí, siempre recomiendo informar a alguien de confianza sobre tu itinerario, especialmente si planeas rutas de senderismo en solitario por las montañas, ¡es lo prudente!
Las únicas zonas a evitar por conflictos políticos no resueltos son Abjasia y Osetia del Sur, que no están bajo el control del gobierno georgiano. Pero el resto del país es un lienzo seguro y fascinante para explorar a tu aire, incluso con un presupuesto ajustado.
¡No dejéis que el desconocimiento os frene!






